Hace unas semanas tuve la oportunidad de probar para Motor Acción el Jaguar F-Type, un coche que cautiva desde el primer vistazo. Ahora me ha parecido muy oportuno poder enseñarlo en "Desde mi garaje", porque me apetece volver a compartir mi experiencia con el atractivo descapotable de la mítica marca británica, un vehículo, intemporal, que se va a mantener muy actual por mucho tiempo y con el que en Jaguar parece que quieren recuperar la identidad de su pasado glorioso.
El Jaguar F-Type es un tipo de vehículo, que por sus características, estaba ausente del catálogo de la marca británica desde hace cuatro décadas, desde la desaparición del mítico E-Type en 1.975. Por lo tanto al F-Type lo podemos considerar el heredero natural de aquella estirpe de legendarios deportivos descapotables.
Hasta que ha visto la luz, el proyecto del Jaguar F-Type se ha fraguado con lentitud, en un proceso que en su fase final ha durado más de tres años. Queda claro que la marca del felino no quería dar pasos en falso y equivocarse. Al resultado final obtenido por Jaguar, como una pieza de orfebrería finamente tallada, solo se le pueden atribuir alabanzas, porque el F-Type, se le mire por donde se le mire, es un coche increíble y con una estética cautivadora, un vehículo no apto para conductores tímidos, porque es imposible, estemos donde estemos, que pase desapercibido.
La seductora carrocería de este roadster esconde algunos detalles curiosos, este es el caso de las manillas de las puertas escamoteadas y que surgen al pulsar el mando de apertura y el alerón trasero, que emerge de manera automática al superar los 100 km/h, aunque por medio de un botón en la consola central se le puede activar de forma manual. Con respecto a la capota del F-Type, es de lona de varias capas y de muy alta calidad, que aseguran una perfecta estanqueidad y aislamiento acústico. Por medio de un mando eléctrico se despliega o pliega por completo en 12 segundos. Con el cielo como techo, la capota queda perfectamente plegada en un hueco previsto para ello tras las barras de protección antivuelco y no resta sitio a su diminuto maletero, que con 200 litros de capacidad es pequeño.
La seductora carrocería de este roadster esconde algunos detalles curiosos, este es el caso de las manillas de las puertas escamoteadas y que surgen al pulsar el mando de apertura y el alerón trasero, que emerge de manera automática al superar los 100 km/h, aunque por medio de un botón en la consola central se le puede activar de forma manual. Con respecto a la capota del F-Type, es de lona de varias capas y de muy alta calidad, que aseguran una perfecta estanqueidad y aislamiento acústico. Por medio de un mando eléctrico se despliega o pliega por completo en 12 segundos. Con el cielo como techo, la capota queda perfectamente plegada en un hueco previsto para ello tras las barras de protección antivuelco y no resta sitio a su diminuto maletero, que con 200 litros de capacidad es pequeño.
El Jaguar F-Type se puede elegir con tres motorizaciones, dos V6 y un V8 con 340, 380 y 495 CV respectivamente. En esta ocasión pude conocer a fondo la versión intermedia, el S V6 de 380 CV. Un motor dotado con inyección directa de gasolina y sobrealimentado por un compresor, que destaca por ofrecer un elevado agrado de conducción, con una sensacional respuesta a bajas revoluciones y con capacidad para subir de vueltas con una gran rapidez y capaz de ofrecer unas prestaciones muy elevadas. Un propulsor dotado con sistema "Stop / Start", que resulta especialmente eficaz circulando en ciudad y que hace posible que su gasto medio homologado de gasolina sea de 9,1 l/100 km, una cifra que no está nada mal para un vehículo de altas prestaciones como es el F-Type. Un consumo que por supuesto varía notablemente si exprimimos las posibilidades de este deportivo descapotable. A lo largo de la prueba el gasto medio de gasolina fue de 12,4 l/100 km, un dato muy aceptable para un coche como el Jaguar F-Type. Este V6 de casi tres litros está asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades, que la marca denomina "Quickshift", que se maneja por medio de una palanca, en vez del mando giratorio que tienen los últimos modelos de este fabricante. Esta caja de cambios permite diferentes modos de funcionamiento y en el secuencial se pude manejar con la palanca o por medio de unas levas situadas en el volante, a este sistema de uso manual en Jaguar se conoce con el nombre "Sportshift", además tiene la función "Dynamic Launch" que permite una fuerte aceleración desde parado. En la práctica esta caja automática muestra siempre un funcionamiento satisfactorio y el paso de una marcha a otra se produce con mucha rapidez.
Un lujoso habitáculo reservado para dos pasajeros. |
Si a simple vista el Jaguar F-Type enamora, más lo hace cuando pulsamos el botón de arranque y nos obsequia con un cautivador bramido, que invita a descubrir todos los secretos de este atractivo roadster. A medida que hacemos kilómetros podemos comprobar que nos acompaña en todo momento una seductora melodía procedente del V6, que en sitios un poco cerrados sus decibelios hace que no pasemos desapercibidos, algo que a muchos puede no gustarle. Un sonido que se puede incrementar cual "Cabalgata de las Valkirias" con solo pulsar un botón, el del "sistema de escape activo", de serie en esta versión S.
Una de las mayores preocupaciones de Jaguar a la hora de desarrollar el F-Type, ha sido la de ofrecer un súper deportivo de altas prestaciones, pero a la vez un coche sencillo y fácil de conducir. Algo que ha logrado de pleno, porque este espectacular descapotable se adapta a todo tipo de conducción, desde placenteros paseos contemplando el paisaje, hasta la conducción más extrema en circuito. Lo cierto es que el F-Type muestra en todo momento un magnífico aplomo a la carretera, algo que se debe en parte a su buena distancia entre ejes, que es de 2,62 metros, a sus generosos anchos de vías y a sus cortos voladizos, que minimizan las inercias. También por supuesto tiene una gran importancia en el comportamiento noble que muestra este vehículo en la buena puesta a punto y afinado de su chasis. Las suspensiones, con triángulos superpuestos, derivan directamente de la competición y se completan con un sistema activo de los amortiguadores, que varía la dureza de la suspensión y la adapta al tipo de conducción que realicemos en cada momento. Además junto al pomo del cambio encontramos el mando del sistema "Adaptative Dynamics", que permite diferentes modos de uso y varía los parámetros de funcionamiento del acelerador, caja de cambios, dirección y por supuesto la amortiguación. Otro elemento muy destacable es el diferencial de deslizamiento limitado de tipo mecánico, que ayuda notablemente en la conducción de un vehículo de tracción trasera como este.
En la práctica, es fácil sentirse cómodo al volante de este magnífico ejemplar y se puede comprobar que afronta las curvas con nobleza y a un ritmo muy alto. También que cuando se endurecen las suspensiones el coche se mantiene plano a la carretera, pero sin resultar incómodo. En carreteras viradas y bacheadas sale a relucir el buen trabajo realizado en su estructura y da muestras de una elevada rigidez torsional, también que la generosa anchura de los montantes del parabrisas restan visibilidad frontolateral. Este roadster se adapta al tipo de conducción que queramos practicar y a un ritmo de marcha alto, el buen trabajo del diferencial trasero y de las ayudas a la conducción permiten disfrutar de una conducción muy placentera. Si queremos experimentar mayores sensaciones es posible desconectar las ayudas electrónicas, situación en la que podemos comprobar que el F-Type sigue siendo muy noble. Además en él hay que valorar el buen trabajo que realiza la dirección, que siempre es rápida y precisa y el de los frenos, que con unos discos de generoso tamaño aseguran en todo momento una frenada eficaz y potente, a la altura de lo que se espera de un coche de sus características.
Uno de los grandes atractivos de este espectacular descapotable es conducirlo sin capota, sintiendo el viento en la cara. En ese caso permite disfrutar de una conducción muy agradable y es posible circular a una buena velocidad sin que moleste mucho el aire. Para evitar turbulencias en el habitáculo, la marca ofrece en opción por 235 euros una rejilla reflectora que se sitúa entre los dos asientos. Lo cierto es que tras probar a fondo el Jaguar F-Type, se puede asegurar que se trata de un coche muy especial. Un vehículo que con un precio de 97.500 euros, tiene el gran atractivo añadido de ser en este aspecto muy competitivo frente a sus rivales más directos.
Fotos: Álex Aguilar (Pinchando sobre cualquier foto se pueden ver ampliadas)
Fotos: Álex Aguilar (Pinchando sobre cualquier foto se pueden ver ampliadas)